domingo, 4 de septiembre de 2011

Una sobre premios y trampas.

Nunca he sido demasiado competitiva, sempre he pensado que cada uno gana lo que se merece, pero últimamente me he dado cuenta de que esto no es así siempre. Hay veces que las personas ganan sin merecérselo, hay veces que se hacen trampas, se miente, se ataca a los rivales... ¿Y todo para qué? Para ganar un premio, simplemente por tenerlo, por presumir de que lo tiene. El problema viene cuando esos premios son personas. En ese caso, tu "premio" te coje cariño, siente que tu sientes lo mismo, que estais hechos el uno para el otro... pero él no sabe una cosa: tú jamás le has querido ni la milésima parte de lo que te quiere él a ti. Él sigue con sus ilusiones mientras tú le utilizas. ¿Qué pasará el dia que te canses de él? Tu premio acabará roto, tirado en una esquina, destrozado. En ese momento, ¿tendrás algún remordimiento?


No hay comentarios:

Publicar un comentario