domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Sabes lo que pasa? Que tú siempre lo haces todo bien y yo todo mal, que tú nunca cometes errores, que siempre somos los demás, sobretodo yo, quienes tenemos la culpa, que eres la persona más perfecta del mundo y los que estamos a tu alrededor no llegamos ni a la suela de tus zapatos, que somos la cosa más tonta del mundo mientras tú eres el listo, el simpático, el agradable... ¿Sabes lo que te digo? Que te jodan, que todo lo anterior era una ironía, por si no te has dado cuenta, que eres insoportable y que no te aguanta ni dios. Estoy harta de ser yo la mala, de ser yo la patosa, la torpe, la tonta... Pero ¿sabes qué? Tengo la solución perfecta: alejarme de ti. Así que con mucho gusto y una sonrisa en la boca, solo me queda decirte una cosa: hasta nunca, gilipollas.

Quiero...

Quiero... quiero arreglarme, ponerme maquillaje, taconazos, algo sexy, salir a la calle y gritar, saltar, hacer el tonto, sonreír... Quiero que se me acerque el chico más guapo del grupo de los que nos están mirando y decirle que lo siento, pero que tengo novio. Quiero ir a un concierto. Pero no me vale un concierto cualquiera, no, necesito un concierto punk, o heavy, necesito un concierto en el que tenga que saltar, gritar, chocarme con la gente y volver a mi casa con los pies destrozados y moratones en todo el cuerpo. Quiero vestirme algo rara, hacer fotos, subirlas al tuenti y que la gente piense: "de verdad que a esta chica se le ha ido la olla". Quiero ir a Madrid, bajarme en Atocha y acabar en Chamartín andando. Quiero ser feliz. ¿Me acompañas?

Carta para mi peor error

Y es que cada vez que te veo me alegra más que sea él el que complete mi vida, por el que sonría cada vez que le veo, en el que piense cada mañana al levantarme, cada noche al acostarme y con el que sueño noche sí y noche también. Fuiste mi peor error, me dí cuenta tarde, pero lo importante es que me dí cuenta. Sin embargo, él fue mi mayor acierto, de eso me doy cuenta cada día al besarle, al tocarle, al abrazarle... Cada día a su lado es único, y cada día sin él, demasiado largo. Una vez creí lo mismo contigo, será por eso que tengo miedo de que me pase lo mismo con él, pero ¿sabes? Hay una diferencia: en un pasado era yo la única que sentía todo por los dos, pero ahora somos los dos los que compartimos sentimiento. Al fin y al cabo, en eso consiste una relación, ¿no?

sábado, 19 de noviembre de 2011

Querida yo

Querida yo del pasado:
Sé que ahora te sientes confundida, que teniéndolo todo no estás segura de lo que quieres porque en el fondo sabes que estás viviendo una gran mentira, quieres poder leerle a mente a cualquiera, te aferras a cualquier tontería o a cualquier detalle para ser feliz, ya que tu vida realmente no está completa. Te engañas pensando que estás feliz y perfectamente, pero no lo hagas. Olvídate de esa persona que te está utilizando, que va a acabar haciéndote daño, bórrale de tu vida antes de que sea demasiado tarde, ¿y después? Después solo dedícate a sonreír, a decir que sí a las oportunidades y a no tener miedo. Vivirás muchas cosas, y todas menos una te dejarán un buen sabor de boca. Sabes cuál va a ser la que no, ¿verdad? Exacto. No lo permitas, acaba con ello cuanto antes, a veces hay que pasarlo un poquito mal para tener lo que quieres. Hazte daño sin miedo, mucha gente te apoyará, aunque ahora no las notes cerca tuya. En el futuro conseguirás la verdadera felicidad, junto a la persona más maravillosa del mundo. Ahora mismo él no sabe que existes, y tú tampoco que existe él, pero es lo que siempre has buscado. Sabrás quién es en cuanto le veas, tendrás alguna que otra dificultad, pero merecerá la pena superarlas. No te rindas, no seas impaciente y espera. La felicidad viene en pequeñas dosis, recuérdalo.

martes, 15 de noviembre de 2011

Yo no quiero poner un candado con nuestros nombres en la barandilla de un puente del río Tiber. Tampoco quiero viajar a París a ver la Torre Eiffel. No quiero joyas, ni bombones, ni regalos caros. ¿Un desayuno en la cama? No, gracias. No quiero ir al Taj Mahal, ni unas velas encendidas en una habitación a oscuras. No quiero ver una película compartiendo unas palomitas. Todas esas ideas están genial, sí, pero solo merecen la pena si las vivo con la única persona que quiero vivirlas: TÚ.

Buongiorno, principessa

8 de la mañana, un sueño increíble, hago un tremendo esfuerzo en no dormirme en el asiento del autobús. De repente, suena un solo de guitarra tan cañero que hace que me despierte de golpe. Es mi móvil. Lo descuelgo y una voz adormilada pero dulce me contesta: "¡Buenos días, princesa!"

Te declaro culpable

¿Ves esta sonrisa? Esta es la que se me dibuja sin querer en los momentos menos oportunos, la que aparece un lunes por la mañana cuando la gente solo piensa en dormir y en que pase rápido la semana, la que tengo en los momentos menos oportunos, la que me hace seguir día a día. Me sale espontáneamente al recordar esas cosas que me dices que hacen que me ponga roja y no sepa que decir, al reconocer tu olor entre la gente, al ver una imagen tuya, al leer tus mensajes… Sí, te estoy culpando a ti, tú tienes la culpa de que sonría, ¿y sabes qué? Que me encanta decir que toda la culpa es tuya y nada más que tuya.