sábado, 5 de noviembre de 2011

Hola, viejo recuerdo:
Te sorprenderá que te escriba, ¿verdad? Pues lo que te voy a decir te va a sorprender aun más, pero me alegra que en el fondo no me hayas olvidado. Sé que nunca lo reconocerás, pero yo lo sé. Me alegra saber que en el fondo no soy tan mierdas como me hiciste sentir, y que algo si que hice huella en ti. Y te preguntarás qué pienso yo de ti en este momento. No te voy a engañar, fuiste importante durante un tiempo, me importaba perderte, me volví la persona que no soy por celos... Pero eso ya se acabó. Ahora todo es diferente, ahora cada vez que me entero que me has recordado, no puedo evitar reírme y pensar en el momento que me echaste en cara todo, en el que me sentí tan mierdas y en el que se me cayó el mundo encima. Y ahora mírame, las cosas han cambiado. Ahora yo soy la que vive su vida, la persona más feliz del mundo, la que tiene lo que quiere, la que no le importa nada más... ¿Y tú? Mírate, triste, cabreado, arrepentido... Si, sé que te arrepientes, las palabras vuelan de boca en boca. ¿Pues sabes lo que te digo? Todo esto te lo has buscado tú solito. ¿Yo? ¿Sentirme culpable? ¿Por qué? Lo siento mucho, querido ingenuo, te creías que iba a estar ahí para siempre, pero te equivocaste, te quedaste solo, y esto no se arregla con un "lo siento".
Hasta otra vida, capullo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario