sábado, 5 de noviembre de 2011

Querido amigo...

Hola amigo:
Seguramente no leas esto, y si lo lees, no creo que sepas que va dirigido a ti. Me acabas de llamar al móvil para ofrecerme una tarde a tu lado, de esas que hacen que se me olviden los problemas, de esas en las que me duele la tripa hasta reventar, de esas que hacen que se nos pasen las horas... me habrás notado algo apagada, sé que si, siempre me lo notas. No, no me acababa de levantar de la siesta, y no, no te he querido contar que estaba mal. Esta vez no. Esta vez no te he llamado pidiéndote consejo, esta vez mi voz interior me ha dicho que debería arreglármelas yo solita, salir a la calle, plantar cara a mis problemas y ser fuerte, sobretodo eso. Estaré bien, amigo, no te preocupes. Caeré y me levantaré, y seguramente vuelva a caerme, pero mis fuerzas serán mayores. Sólo te pido un favor: mantente a mi lado para darme fuerzas, por si las mías alguna vez me fallan, para animarme, para ser tú. Querido amigo, hoy me ha hablado mi voz interior, hoy voy a lanzarme como un kamikaze a todo lo que se me ponga por delante, hoy he oído que mi cabeza me decía: "es hora de quitarte los ruedines, pequeña".


No hay comentarios:

Publicar un comentario