martes, 15 de noviembre de 2011

Buongiorno, principessa

8 de la mañana, un sueño increíble, hago un tremendo esfuerzo en no dormirme en el asiento del autobús. De repente, suena un solo de guitarra tan cañero que hace que me despierte de golpe. Es mi móvil. Lo descuelgo y una voz adormilada pero dulce me contesta: "¡Buenos días, princesa!"

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