Te gusta, se te da bien, es lo que te hace especial, lo que te hace ser tú mismo, no es lo normal, ¿y qué? Disfrutas haciéndolo, podrías estar año a año, mes a mes, semana a semana, día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo haciéndolo sin cansarte ni un poco, pero prefieres dejarte influir. Prefieres escuchar las opiniones de los demás, prefieres compararte con los demás y adoptar su estilo, olvidarte de lo que te empujó a ser así, ya no disfrutas con ello, estás amargado. Hasta que un día te da por volver a ello. Te amarras a ello como quien no quiere que un sueño termine. Sabes que al día siguiente volverás a ser aquel que ya no destaca, que rechaza su pasado, que prefiere ser como los demás y conformarse con ello. Sinceramente, me da pena no volver a verte así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario